¡Imagina un mundo devastado por la guerra! Entre las ruinas y la desesperanza, un hombre se atreve a soñar con un futuro mejor. En este video, seremos testigos de cómo Honda se alzó contra toda probabilidad, convirtiéndose en una de las empresas más exitosas.
Sus humildes comienzos
Soichiro Honda, nació en 1906 en la aldea de Hamamatsu, Japón, no nació en el seno de una familia adinerada. Su padre, Kichijiro Honda, era un herrero que trabajaba duro para mantener a su familia. Su madre, Raki Honda, era una costurera dedicada al cuidado del hogar y la crianza de sus siete hijos. Desde pequeño, se vio rodeado del trabajo manual y la importancia del esfuerzo. Observaba a su padre forjar el metal en la herrería, aprendiendo sobre herramientas y técnicas.
Un día el joven Soichiro, de solo 8 años, observó con fascinación un Ford Modelo T que pasaba por su aldea en Hamamatsu. El rugido del motor, la velocidad a la que se movía y la sensación de libertad que transmitía el vehículo lo cautivaron por completo.
Mira más sobre Ford en: Odiaba trabajar en la granja y creó Ford | Historia de Ford
Un punto de inflexión en su vida llegó cuando su padre abrió un taller de reparación de bicicletas. Este taller se convirtió en el segundo hogar de Soichiro, quien pasaba horas observando a los trabajadores reparar y ajustar las bicicletas. Su fascinación por la mecánica y la ingeniería comenzó a crecer a medida que aprendía sobre el funcionamiento de estas máquinas.
A los 15 años, comenzó a trabajar en el taller de su padre aprendiendo el oficio. Desmontaba y rearmaba las bicicletas, buscando formas de mejorarlas y hacerlas más eficientes.
Pero Soichiro tomó una decisión audaz: dejar atrás la familiaridad de su aldea natal para embarcarse en una nueva aventura en la vibrante ciudad de Tokio. Su objetivo era claro, aprender todo lo que pudiera sobre la ingeniería y la mecánica, que despertaban en él una fascinación cada vez más profunda.
En la inmensidad de Tokio, encontró trabajo como aprendiz en Art Shokai, un taller de reparaciones de automóviles. Rodeado de herramientas, piezas de recambio y vehículos de todas las formas y tamaños, Soichiro absorbía conocimiento como una esponja. Observaba con atención a los mecánicos experimentados, aprendiendo técnicas de reparación, ensamblaje y mantenimiento. Su curiosidad lo impulsaba a explorar el funcionamiento interno de los motores, desarmándolos y armándolos con precisión.
En Art Shokai, Soichiro también descubrió su pasión por la velocidad. En las carreras de motos locales, se maravillaba con la potencia y la agilidad de las máquinas, soñando con algún día crear sus propios vehículos.
En su tiempo libre, Soichiro experimentaba con diferentes modificaciones de motores, buscando mejorar su rendimiento y eficiencia. El jefe de Art Shokai, impresionado por la dedicación y el talento de Soichiro, le propuso un desafío: construir un auto de carreras. El joven aceptó el reto sin dudarlo.
Su primer auto de carreras
Con solo dieciocho años, conquistó el campeonato de carreras de Japón en mil nueve veinticuatro. Compitió a bordo de un Curtiss R, creado a partir de un chasis de Mitchell, asociado a un motor de avión Curtis-Wright V-ocho de ocho litros.
El campeonato se celebró en Tamagawa, una pista ubicada en las afueras de Tokio. El auto se enfrentó a pilotos experimentados y vehículos más potentes, pero la habilidad del piloto al volante y la precisión de su Curtiss R los llevaron a la victoria.
Seis años después, el joven Soichiro, ya con 24 años, estaba listo para emprender su propio camino. Fundó su primer taller, llamado Hamamatsu Honda Garage, donde ofrecía servicios de reparación y venta de automóviles. Su experiencia en Art Shokai le había dado las habilidades y la confianza necesarias para prosperar por su cuenta.
Sin embargo, su camino no fue fácil. La Gran Depresión golpeó con fuerza a Japón en la década de 1930, y el negocio de Soichiro sufrió las consecuencias. La demanda de automóviles y servicios de reparación se desplomó, lo que puso a prueba al joven emprendedor.
Aún así Soichiro seguía activo. Años más tarde, con su hermano menor Rikiro, participaron en una carrera de motos. Los hermanos Honda, apasionados por la ingeniería y la velocidad, habían construido su propia motocicleta para competir en la carrera.
Soichiro, con su experiencia en mecánica, se encargó del diseño y la construcción del vehículo, mientras que Rikiro, con su talento como piloto, tomó el control al volante. Sin embargo, la carrera no salió según lo planeado. En una curva cerrada, la motocicleta de los hermanos Honda perdió el control y se estrelló contra un muro.
Afortunadamente, ambos hermanos sobrevivieron al accidente, pero Rikiro sufrió graves lesiones que lo dejaron postrado en cama durante varios meses. Este accidente marcó un punto de inflexión en la vida de Soichiro. La culpa por las lesiones de su hermano lo atormentó profundamente y lo llevó a reconsiderar su participación en las carreras. Por lo que decidió enfocar sus esfuerzos en el desarrollo de motores más seguros y confiables.
La guerra
Mientras el mundo se acercaba a la devastadora Segunda Guerra Mundial, la demanda de reparaciones de automóviles, especialmente de vehículos militares, estaba en auge. Soichiro, con su experiencia en mecánica, vio una oportunidad en este panorama.
En el 37, fundó Tokai Seiki, una empresa dedicada a la fabricación de anillos de pistón para motores de automóviles. Su principal cliente era Toyota, una empresa en ascenso en la industria automotriz japonesa.
Conoce más de Toyota: Cómo un Obrero creó un Imperio Automotriz | La Historia de Toyota
La decisión de Soichiro de enfocarse en la producción de anillos de pistón resultó ser muy buena. Estos componentes eran esenciales para el funcionamiento de los motores, y la demanda por ellos crecía exponencialmente con el aumento de la actividad militar. El éxito de Tokai Seiki no solo le brindó a Soichiro estabilidad económica, sino que también le permitió seguir desarrollando su pasión por la ingeniería.
Pero la Segunda Guerra Mundial marcó un período oscuro en la historia de la humanidad, y sus efectos se extendieron a todos los ámbitos de la vida. Soichiro Honda, como muchos otros, no estuvo exento de las dificultades y tragedias que trajo consigo este conflicto.
En 1942, vendió una parte importante de sus acciones en Tokai Seiki a Toyota. Esta decisión se tomó principalmente por razones económicas. La guerra había generado una escasez de materiales y recursos, lo que dificultaba la producción de anillos de pistón. Vender acciones a Toyota le permitió a Soichiro obtener capital para mantener en funcionamiento la empresa.
En 1944, uno de los bombardeos estadounidenses que asolaban Japón impactó en una de las plantas de Tokai Seiki. La fábrica quedó reducida a escombros, lo que significó una gran pérdida material y económica para Soichiro.
Y por increíble que parezca, este no fue el único golpe que sufrió. En 1945, un devastador terremoto azotó la región de Kanto en Japón, donde se encontraba otra de las fábricas de Tokai Seiki. El terremoto también causó graves daños a la infraestructura de la empresa, dejando a Soichiro con dos fábricas en ruinas.
Con la ayuda de sus empleados y con un trabajo incansable, Soichiro logró reconstruir las plantas destruidas. Su capacidad para superar los obstáculos fue clave para la supervivencia de Tokai Seiki en tiempos tan difíciles.
Después de la guerra
La Segunda Guerra Mundial dejó a Japón en ruinas, con una economía devastada y una urgente necesidad de medios de transporte económicos y eficientes. En este contexto, Soichiro, vio una oportunidad para ayudar a su país a reconstruirse.
Comenzó a crear bicicletas con motor, una solución innovadora para la movilidad de la población. Para fabricar estos motores, Soichiro recurrió a una fuente inesperada: los generadores de radios japonesas.
Muchos de estos generadores habían quedado en buen estado tras la guerra, y Soichiro vio en ellos una oportunidad para reciclar y darles un nuevo uso. Adaptó los motores de las radios para que pudieran propulsar bicicletas.
Estas bicicletas con motor, se convirtieron en un medio de transporte esencial para el pueblo japonés, especialmente en las zonas rurales. Y fueron el primer paso en la trayectoria de Honda hacia convertirse en uno de los principales fabricantes de motocicletas y automóviles del mundo.
El comienzo de la empresa
Con un capital inicial de solo 1 millón de yenes (equivalente a unos 2000 dólares de la época) y un equipo de 20 empleados, Soichiro fundó Honda Motor Co., Ltd. en un pequeño taller en Hamamatsu. Los inicios fueron difíciles. El capital era escaso, los recursos limitados y la competencia feroz.
Pero la historia de Honda Motor no se podría entender sin la unión de dos mentes brillantes: Soichiro Honda, el genio de la invención, y Takeo Fujisawa, el maestro de los negocios.
La mente de Soichiro era un hervidero de ideas, y constantemente buscaba nuevas formas de mejorar los motores y los vehículos. Sin embargo, era un hombre introvertido y poco hábil para los negocios. Ahí es donde entraba en juego Takeo Fujisawa. Era un vendedor nato, con una gran intuición para el mercado y una habilidad innata para cerrar tratos.
Soichiro aportaba las ideas y la tecnología, mientras que Takeo se encargaba de la gestión, las finanzas y la comercialización. Esta combinación de talentos resultó ser explosiva. Bajo el liderazgo de Soichiro y Takeo, Honda Motor se convirtió en una de las empresas automotrices más exitosas del mundo.
En el 49 lanzaron la Honda Dream D, fue la primera motocicleta completa fabricada por Honda. Conocida como Type D o Model D, marcó el inicio de la serie Dream de Honda. Su característica principal era la eliminación del embrague manual, lo que la hacía más fácil de usar para los conductores novatos. Se convirtió en un éxito instantáneo en Japón, impulsando la demanda de motocicletas de la marca.
En el 51 lanzaron la Honda Dream E, la sucesora de la Dream D. Introdujo un motor de cuatro tiempos, un diseño más avanzado y confiable que el motor de dos tiempos de la Dream D. También incorporó mejoras en la suspensión y los frenos, lo que la hacía más cómoda y segura de manejar. La Dream E consolidó la posición de Honda como líder en el mercado de motocicletas japonés, y abrió las puertas para su expansión internacional.
En la década del 50, Soichiro realizó varios viajes a Estados Unidos y Europa para buscar y adquirir maquinaria de última generación, con el objetivo de mejorar la eficiencia y la calidad de la producción de motocicletas de la compañía.
Gracias a eso, lanzaron la Super Cub, que se convirtió en un fenómeno global por su diseño compacto y ligero que la hacía ideal para moverse en entornos urbanos. Su motor de cuatro tiempos era conocido por su durabilidad y bajo mantenimiento. Su consumo de combustible era excepcionalmente bajo, lo que la hacía muy accesible para los consumidores.
La Super Cub rápidamente se convirtió en el medio de transporte preferido por millones de personas. Su éxito no tardó en extenderse a otros países, y para la década del 60 ya se había convertido en la motocicleta más vendida del mundo. Su accesibilidad y economía la convirtieron en una opción ideal para personas de todos los estratos sociales, impulsando la movilidad individual en países en desarrollo.
El éxito de la empresa
Honda superó a Yamaha para convertirse en el fabricante de motocicletas más grande de Japón y, tras el éxito inicial de sus motocicletas, la compañía vio la necesidad de aumentar su capacidad de producción para satisfacer la creciente demanda. Por esto, Honda abrió nuevas fábricas en varios países del mundo, incluyendo: Estados Unidos, Bélgica, Alemania, México y Nigeria.
Entérate de cómo Yamaha pasó: De fabricar órganos a crear motos legendarias | Historia de Yamaha
Además, ingresó al mundo de los autos deportivos con un gran revuelo en el 63 con la presentación del Honda S500 en el circuito de Suzuka, Japón. El S500 era un pequeño auto deportivo biplaza con un motor de cuatro cilindros y 500 centímetros cúbicos que producía 50 caballos de fuerza. Era un auto ligero y ágil que rápidamente ganó popularidad entre los entusiastas de la conducción. Incorporó varias características innovadoras para su época, como una suspensión independiente en las cuatro ruedas y un motor de alta cilindrada.
Con esto demostraron que la compañía también podía diseñar y fabricar autos deportivos de alta calidad. Era un auto emocionante y atractivo que ayudó a posicionar a Honda como una marca moderna e innovadora. En los años siguientes, la compañía lanzaría varios modelos deportivos icónicos, como el Honda NSX, el Honda Civic Type R y el Honda Accord Type R.
En el 64, Soichiro creó el Instituto de Investigación Técnica de Honda (Honda R&D). Este instituto se convirtió en el centro de la innovación dentro de Honda, un lugar donde ingenieros y científicos talentosos podían trabajar juntos para desarrollar nuevas tecnologías y productos revolucionarios.
La creación de Honda R&D fue una decisión estratégica que les permitió mantener su liderazgo en la industria automotriz al invertir en investigación y desarrollo de vanguardia. A lo largo de los años, ha sido responsable de una gran cantidad de innovaciones. Desde el desarrollo del motor VTEC hasta la creación de la tecnología híbrida IMA.
El mercado estadounidense
La entrada de Honda al mercado automotriz de Estados Unidos fue un desafío, pero la crisis del petróleo de 1973 creó una oportunidad inesperada que les permitió posicionarse primeros.
A principios de la década del 70, el mercado automotriz estadounidense estaba dominado por grandes empresas estadounidenses como General Motors, Ford y Chrysler. Estos fabricantes producían autos grandes y potentes con motores de gran cilindrada que consumían mucha gasolina.
La crisis del petróleo provocó un aumento drástico en los precios de la gasolina a nivel mundial y los consumidores comenzaron a buscar autos más pequeños y eficientes en combustible.
Honda, que ya era conocida por sus motocicletas y autos pequeños en Japón, vio una oportunidad en esta crisis. La compañía había comenzado a exportar sus autos al mercado estadounidense a fines de la década del 60, pero no habían logrado una gran participación de mercado. Sin embargo, la crisis del petróleo cambió las reglas del juego.
Los autos pequeños y eficientes en combustible de Honda, como el Honda Civic, se convirtieron en una opción muy atractiva para los consumidores estadounidenses. En el 74, el Honda Civic se convirtió en el auto importado más vendido en los Estados Unidos. Y en el 75, se convirtió en el auto más vendido en general en el país.
Además de su éxito comercial, el Honda Civic también fue el primer auto en cumplir con las nuevas normas de emisiones de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA). Esto ayudó a posicionar a Honda como una empresa líder en tecnología ambiental.
El retiro de Soichiro Honda
A los 65 años, Soichiro Honda decidió dar un paso atrás y dejar la presidencia de la compañía que él mismo fundó. A pesar de retirarse de la presidencia, se mantuvo como Director Ejecutivo, lo que le permitió seguir involucrado en la toma de decisiones estratégicas de la empresa.
A finales de la década de 1980, Honda enfrentaba algunos desafíos de gestión interna. La compañía había experimentado un rápido crecimiento y expansión, lo que había generado algunos problemas de comunicación y coordinación. Estos problemas de gestión también habían afectado la moral de los empleados, quienes comenzaban a sentir una desconexión con la empresa y sus valores fundamentales.
Por lo que la empresa decidió entrar en la Fórmula 1, la categoría más prestigiosa del automovilismo mundial. Se asoció con el equipo McLaren, uno de los equipos más exitosos de la época. El objetivo principal de Honda al entrar en la Fórmula 1 no era ganar carreras, sino mejorar la imagen de la compañía y elevar la moral de los empleados.
Mira aquí: Grandes cambios en los motores de F1 a lo largo del tiempo
A pesar de no ser el objetivo principal, Honda logró un éxito considerable en la Fórmula 1. Ganaron seis campeonatos mundiales de constructores y cuatro campeonatos mundiales de pilotos entre 1988 y 1991. El éxito de Honda en la Fórmula 1 ayudó a mejorar la imagen de la compañía a nivel mundial. Honda se asoció con la innovación, la tecnología de punta y el espíritu competitivo. También tuvo un impacto positivo en la moral de los empleados. Los trabajadores se sintieron orgullosos de ser parte de una empresa que competía al más alto nivel.
Soichiro recibió el título de "Supremo Consejero", un puesto honorífico que reflejaba su gran influencia y respeto dentro de la compañía. La revista People lo incluyó en su lista de las 25 personas más intrigantes del año 1980. Fue comparado con el icónico fundador de Ford Motor Company, llamado el “Henry Ford de Japón”. Tras su retiro, dedicó su tiempo a trabajar en asuntos relacionados con la Fundación Honda, una organización sin fines de lucro que apoya la educación, la ciencia y la tecnología.
Su legado
Soichiro Honda, murió en 1991 a la edad de 84 años. Su muerte fue una gran pérdida para el mundo de la industria automotriz y para Japón en general. Fue un visionario y pionero que revolucionó la industria con sus innovadores diseños de motores y motocicletas.
Ese mismo año, el piloto brasileño Ayrton Senna ganó el Gran Premio de Portugal, la novena carrera de la temporada de Fórmula 1. Tras la carrera, Senna dedicó su victoria a Soichiro Honda en un emotivo discurso, dijo:
"Quiero dedicar esta victoria a Soichiro Honda, un hombre que me inspiró y me enseñó mucho sobre el valor del trabajo duro, la perseverancia y la innovación. Su legado vivirá para siempre en el mundo del automovilismo.”
Honda fue una fuente de inspiración para millones de personas en todo el mundo. Sus valores de trabajo duro, perseverancia y dedicación siguen siendo relevantes hoy en día y continúan inspirando a las personas a dar lo mejor de sí mismas. Su historia es una prueba de que todo es posible si tienes sueños, trabajas duro y nunca te rindes.